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Convergencia tiene un plan

Continuación:

 La historia de intervencionismo y errores asociados viene de largo, ya desde el año 2001. Derivado de los atentados del 11 de Septiembre, se produjo en el mundo una contracción del tráfico aéreo, viéndose el aeropuerto de El Prat especialmente afectado. En los años siguientes, altos cargos de la Generalitat criticaron sistematicamente la política de inversiones del gobierno central y reclamaron  la gestión del aeródromo. Acusaban a la empresa AENA (pública) de no invertir lo suficiente en la infraestructura. Todo ésto se vió incrementado cuando la compañía  Iberia (privatizada en el 2001) redujo drásticamente sus vuelos desde El Prat.

    Pero a la Generalitat se le escapaba un pequeño detalle, las compañías aéreas son empresas privadas constituidas con el objeto de ganar dinero, y no "hacer pais";  cuando Iberia en el año 2006 notificó que se llevaba de Barcelona la mayor parte de sus vuelos, también informó que la razón era la falta de rentabilidad de ellas. El punto fuerte de Iberia es su red de conexiones a Sudamérica, en el resto de vuelos intra-europeos está (y estaba en el año 2006) sometida a una fuerte competencia por las compañías de bajo coste, especializadas en medio recorrido. Las compañías aéreas establecen rutas por criterios económicos (gracias a Dios), su función no es tumbar gobiernos ni aislar regiones.

 Pero comienzan aquí una serie de dislates que los catalanes están pagando actualmente. La tendencia económica en los paises desarrollados es hacia una gestión descentralizada de los aeropuertos (pública o privada) y despolitizada. Dichos aeropuertos tienden a competir entre si en calidad y precios para atraer a más aerolineas. Pero la  Generalitat ha revolucionado la teoría económica vigente, en el año 2009 apadrinó la compra de Spanair por parte de un consorcio de instituciones públicas y privadas (IEASA);  lo primero que hizo fué trasladar la sede de Palma de Mallorca a Barcelona (para eso era suya, faltaba más). Desde entonces ha habido 2 expedientes de regulación de empleo, quedando la plantilla muy mermada y la viabilidad de la compañía en peligro.

 De ahí el viaje del Conseller a Qatar, facilitar la venta de lo que hasta ahora ha sido una operación fallida.

 En el otro sector (solo hay 2), el aeroportuario propiamente dicho, la cosecha de éxitos también es notable. La Generalitat, a través de Aeroports de Catalunya, gestiona el aeródromo de Pirineos-Andorra, y el aeropuerto de Lleida-Alguaire (inaugurado el 17 de Febrero del 2010). El aeropuerto de Pirineos-Andorra se trata de un aeropuerto no comercial reabierto al tráfico en Junio del 2010; con un coste de reapertura de 2,9 millones de euros. El aeropuerto de Lleida costó un poquito más, 97 millones. El hecho de que el vuelo inaugural hecho por la compañía Vueling tuviera que ser fletado por la Generalitat no auguraba nada bueno. El concurso para gestionar el aeropuerto quedó desierto y  hasta hace poco abría sólo 2 días a la semana para vuelos comerciales. Con esos datos es fácil pensar que amortizar la infraestructura va a ser complicado.

 Pero la lección no ha sido aprendida del todo, la Generalitat, a pesar de renunciar a la gestión de los aeropuertos de Reus y Girona (noticia), ha conseguido la co-gestión del consejo rector del Prat, con una mayoría catalana (noticia). Es dificil pensar qué elementos dinamizadores va a poder aportar, dada su experiencia.

 Como colofón a toda esta fiesta de subvenciones y pérdidas, el informe de la Comisión Nacional de la Competencia sobre ayudas públicas del año 2010 (informe 2010)   resulta demoledor; además de informar de las numerosas subvenciones de algunos aeropuertos catalanes, deja claro en su punto 4.4.3. que: "En cuanto a los aeropuertos beneficiados por estos fondos, la mayoría de los que tienen las ratio más altas de fondos por pasajero están viendo reducido su número de pasajeros.". Todo para casi nada; en su defensa hay que decir que este fenómeno de las subvenciones  a las compañías aéreas está generalizado en toda España.


 El análisis final del proceso al que asistimos es muy simple, Cataluña, debido a las políticas usadas por sus gobiernos ha perdido peso económico dentro del resto de España, especialmente frente a Madrid; este proceso ha tratado de ser frenado por parte de las autoridades con una política de fomento económico  (en este caso del transporte) basado en la subvención y en inversiones irrecuperables. Habría que recordarles a estos gobernantes que la red ferroviaria catalana fue en sus exitosos inicios sufragada con capital privado.


 Para terminar, solo espero que los viajes del Conseller sean parte de un elaborado plan, y que dicho plan no sea aislar Cataluña..... por aire.

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